Hoy han concluido los sietes días que se dieron de plazo para terminar una actividad que iniciamos el jueves pasado, en la que se pretendía fomentar la autoestima y el conocimiento de uno mismo a través de la recepción de mensajes positivos.
Esta actividad consistió en primer lugar, en que cada alumno/a confeccionara un gran corazón en cartulina y luego lo debía de decorar como quisiera, después se colgó en el corcho del aula con su nombre. Seguidamente, se repartieron etiquetas de colores para que se rellenaran con emociones o sentimientos positivos, éstas etiquetas se han ido pegando a los corazones, que cada uno/a ha querido. Los corazones se han ido llenando de mensajes positivos con el paso de los días y han ido perdiendo su forma original.
Cada componente de la clase ha leído los mensajes que les han puesto y han expresado sus sentimientos que han sentido tras leer los mensajes.
La actividad ha sido interesante, puesto que se han reflexionado en voz alta los sentimientos que les han pasado por la cabeza, positivos y negativos, a raíz de lo que les han expresado el resto de compañeros/as, anónimos por supuesto.
Los que han recibido muchas etiquetas se han sentido felices de conocer el alto número de amigos/as que les han expresado un sentimiento y los que han recibido pocos, les ha servido para reflexionar que algo no están haciendo bien y que necesitan cambiar. Se ha producido la situación especial en que han expresado, algunos compañeros, lo que les ha motivado a no darles una etiqueta y les han invitado a que cambien y sean de otra manera en el día a día. Creen que así podrán tener más etiquetas en otra ocasión.
Esto me ha hecho pensar que habrá que repetir la actividad más adelante, para comprobar los resultados.
No hubo tiempo para más.
SALUDOS
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